El primer paso para dejar de fumar es analizar sus propios hábitos de fumar. ¿Qué actividades o hechos lo hacen encender un cigarrillo? ¿Con qué frecuencia fuma? Una vez que tenga una idea acerca de cuándo y por qué fuma, puede empezar a buscar cosas o actividades que sirvan para reemplazar el cigarrillo. Por ejemplo, supongamos que el fumar lo ayuda a relajarse. Si es así, aprenda y practique otras formas de relajación, como por ejemplo, respirar profundo o hacer ejercicios de relajación. Si fumar le da energías, póngase de pie y estírese, o salga a caminar cuando sienta la necesidad de fumar. El ejercicio puede contribuir a que usted esté más alerta.
Quizás usted disfrute el hecho de tener un cigarrillo, encenderlo, gesticular con él y tirar las cenizas. Para mantener sus manos ocupadas sin tener un cigarrillo, pruebe con un collar de perlas, una piedra pulida o una lapicera.
Antes de dejar de fumar, también es una buena idea planificar recompensas por cumplir con su objetivo. Por ejemplo, puede ir a ver una película como recompensa por cada semana que no fume. O bien puede juntar en un frasco el dinero que no gasta en cigarrillos y utilizarlo para comprar libros, CDs, o ropa (o puede ahorrarlo para hacer un viaje).
Además, organice una brigada que le dé ánimo: familiares o amigos que le brinden su apoyo. Los ex fumadores comprenden la situación por la que usted está pasando y son especialmente adecuados para brindarle apoyo. Cuantas más personas sepan que usted está dejando de fumar, mayor será el orgullo propio que lo ayudará a resistir la tentación de encender un cigarrillo.
Por último, fije una fecha para dejar de fumar. Elija un momento en el que suponga que su vida va a ser medianamente tranquila. De esa manera, evitará que el estrés lo tiente de fumar. Y si tiene síntomas de abstinencia, no afectarán demasiado su vida.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario