domingo, 10 de agosto de 2008
Recuerde esto:
DILE NO AL CIGARRILLO!!
Cuando haya dejado de fumar
Cuando ya haya dejado de fumar, el próximo paso es mantenerse lejos del cigarrillo. Aproximadamente, los primeros tres meses sin fumar representan el período más difícil. La mayoría de las personas que reinciden lo hacen durante ese período. Durante esos tres primeros meses, ya han vencido la adicción física pero todavía no han podido derrotar la dependencia psicológica que tienen con el cigarrillo.
A veces, un solo cigarrillo es suficiente para hacerlo volver al hábito de fumar. Tenga algunas ideas pensadas para luchar contra la tentación. Por ejemplo, planee tomar un baño, comer goma de mascar sin azúcar, beber un poco de agua, encontrar algo para hacer con las manos, o salir a tomar un poco de aire fresco cuando lo invadan las ganas de fumar.
Si sabe que estará rodeado de fumadores, esté preparado para afrontar la situación. Practique la respuesta que les dará a los que le ofrezcan un cigarrillo. Busque a aquellas personas del grupo que no fuman. No pida disculpas por no fumar.
Si no puede evitarlo y fuma un cigarrillo, luego tendrá que renovar su decisión de dejar el hábito. Concéntrese en aprender de su error, no en reprochárselo. Analice por qué cometió esa equivocación y cómo podría evitar volver a equivocarse en el futuro.
Una vez que el metabolismo de su cuerpo vuelve a la normalidad, es posible que aumente un poco de peso. En promedio, las personas aumentan aproximadamente 3 kilos (7 libras). Si le preocupa el aumento de peso, consulte con su dietista acerca de modificar su plan de alimentación y si rutina de ejercicio físico.
Luego de dejar de fumar, también será necesario que se mantenga en contacto con su profesional de la salud. Probablemente, su control de la diabetes mejorará. Si así fuera, el profesional de la salud probablemente querrá cambiarle sus dosis de insulina o su programa de medicación para la diabetes. Además, si usted se está tratando por problemas de presión arterial alta o niveles de colesterol elevados, es probable que su estado mejore tanto que el profesional de la salud decida cambiarle el tratamiento.
Recuerde: dejar de fumar es probablemente lo más importante que usted puede hacer por su salud y por las personas que lo rodean.
A veces, un solo cigarrillo es suficiente para hacerlo volver al hábito de fumar. Tenga algunas ideas pensadas para luchar contra la tentación. Por ejemplo, planee tomar un baño, comer goma de mascar sin azúcar, beber un poco de agua, encontrar algo para hacer con las manos, o salir a tomar un poco de aire fresco cuando lo invadan las ganas de fumar.
Si sabe que estará rodeado de fumadores, esté preparado para afrontar la situación. Practique la respuesta que les dará a los que le ofrezcan un cigarrillo. Busque a aquellas personas del grupo que no fuman. No pida disculpas por no fumar.
Si no puede evitarlo y fuma un cigarrillo, luego tendrá que renovar su decisión de dejar el hábito. Concéntrese en aprender de su error, no en reprochárselo. Analice por qué cometió esa equivocación y cómo podría evitar volver a equivocarse en el futuro.
Una vez que el metabolismo de su cuerpo vuelve a la normalidad, es posible que aumente un poco de peso. En promedio, las personas aumentan aproximadamente 3 kilos (7 libras). Si le preocupa el aumento de peso, consulte con su dietista acerca de modificar su plan de alimentación y si rutina de ejercicio físico.
Luego de dejar de fumar, también será necesario que se mantenga en contacto con su profesional de la salud. Probablemente, su control de la diabetes mejorará. Si así fuera, el profesional de la salud probablemente querrá cambiarle sus dosis de insulina o su programa de medicación para la diabetes. Además, si usted se está tratando por problemas de presión arterial alta o niveles de colesterol elevados, es probable que su estado mejore tanto que el profesional de la salud decida cambiarle el tratamiento.
Recuerde: dejar de fumar es probablemente lo más importante que usted puede hacer por su salud y por las personas que lo rodean.
Abandone el hábito de fumar
Hay muchas maneras de dejar de fumar: drásticamente y de una vez o gradualmente, en grupo o por su cuenta. Consulte con su profesional de la salud acerca de su decisión de abandonar el hábito, ya que podrá ayudarlo a escoger la forma de lograrlo más adecuada para usted. Recuerde que lo que le da buenos resultados a una persona puede no funcionar para otra. Si el primer método que prueba falla, no se desanime. Puede ser que sea otro el método que usted necesita para dejar el cigarrillo para siempre.
Si fumar es sólo un hábito para usted, algo que puede tomar o dejar, el mejor método para usted puede ser abandonar totalmente el cigarrillo de una vez. Pero si usted tiene una gran dependencia con el cigarrillo, quizá sea mejor que disminuya la cantidad de cigarrillos en forma gradual.
Un método útil para dejar de fumar gradualmente es el tratamiento de reemplazo de nicotina. Cuando se usan parches de nicotina o se mastica goma de mascar con nicotina, una parte de la nicotina ingresa en el torrente sanguíneo. El parche y la goma de mascar le permiten reducir lentamente su adicción física, ya que suavizan sus ansias de fumar y reducen el síndrome de abstinencia.
No debe utilizar el parche de por vida. En cambio, debe usar una serie de parches con una dosis de nicotina cada vez menor. Luego de unas semanas, ya no habrá rastros de nicotina en su organismo.
La terapia de reemplazo de la nicotina es especialmente beneficiosa para las personas que son adictas a la nicotina físicamente. Esas personas son: las que fuman más de 20 cigarrillos por día, las que encienden el primer cigarrillo dentro de los 30 minutos de haberse levantado, y las que han tenido un síndrome de abstinencia muy fuerte cuando han tratado de dejar el hábito anteriormente. Las investigaciones demuestran que los fumadores que utilizan parches para dejar de fumar tienen el doble de posibilidades de tener éxito en dejar el hábito que los que no utilizan los parches.
Sin embargo, los parches no son perfectos ya que, en algunas personas con diabetes, provocan un aumento de los niveles de azúcar en la sangre. Y, además, no debe fumar mientras está usando el parche.
Si usted piensa que va a resultarle más fácil dejar de fumar junto con un grupo de personas, piense en unirse a una clase. Probablemente la empresa para la que trabaja, su plan de salud o el hospital local subvencionen este tipo de cursos. De no ser así, existen organizaciones como la Iglesia Adventista del Séptimo Día, la American Lung Association (una asociación con un enfoque a la salud pulmonar) y la American Cancer Society (Sociedad Americana del Cáncer) que organizan clases gratuitas o de bajo costo en la ciudad donde usted vive. (La American Lung Association y la American Cancer Society también cuentan con material de auto-ayuda.) Busque en la guía telefónica el número de teléfono de la filial ubicada en su zona, y mire en las Páginas Amarillas la sección “Información y Centros de Tratamiento para Fumadores”. Consulte cuál es el enfoque de la clase. Algunas clases tienen como objetivo ayudarlo a prepararse para dejar de fumar y otras se concentran en ayudarlo a mantenerse alejado del tabaco.
La hipnosis ayuda a algunas personas a dejar de fumar. Es muy útil para ayudarlo a evitar las cosas que lo incitan a fumar. Si está interesado en la hipnosis, elija un hipnotizador que posea título clínico (por ejemplo, un médico o psicólogo).
Otro de los métodos que existen es la acupuntura, que consiste en colocarle agujas finas en varias partes del cuerpo. A algunas personas, la acupuntura les saca las ganas incontenibles de fumar. Probablemente, usted deba realizar siete sesiones, o quizás menos, para comprobar si ese método le brindará buenos resultados.
Independientemente de la manera que usted elija para dejar de fumar, hay varias formas de ayudarse a uno mismo para lograrlo. Tire los cigarrillos, encendedores y ceniceros a la basura tanto en su casa como en el trabajo, para que sea más difícil caer en la tentación de fumar. Al principio, evite las situaciones en las que usted disfrutaría fumar. Prémiese con las recompensas que planificó. Cuando sienta la tentación de fumar, haga una lista de las razones por las cuales no tiene que hacerlo. Por ejemplo, su aliento y su cabello tienen un aroma más fresco, está ahorrando un montón de dinero, le está dando el ejemplo a sus seres queridos, ya no tose como lo hacía antes o las comidas tienen un sabor más rico.
Si fumar es sólo un hábito para usted, algo que puede tomar o dejar, el mejor método para usted puede ser abandonar totalmente el cigarrillo de una vez. Pero si usted tiene una gran dependencia con el cigarrillo, quizá sea mejor que disminuya la cantidad de cigarrillos en forma gradual.
Un método útil para dejar de fumar gradualmente es el tratamiento de reemplazo de nicotina. Cuando se usan parches de nicotina o se mastica goma de mascar con nicotina, una parte de la nicotina ingresa en el torrente sanguíneo. El parche y la goma de mascar le permiten reducir lentamente su adicción física, ya que suavizan sus ansias de fumar y reducen el síndrome de abstinencia.
No debe utilizar el parche de por vida. En cambio, debe usar una serie de parches con una dosis de nicotina cada vez menor. Luego de unas semanas, ya no habrá rastros de nicotina en su organismo.
La terapia de reemplazo de la nicotina es especialmente beneficiosa para las personas que son adictas a la nicotina físicamente. Esas personas son: las que fuman más de 20 cigarrillos por día, las que encienden el primer cigarrillo dentro de los 30 minutos de haberse levantado, y las que han tenido un síndrome de abstinencia muy fuerte cuando han tratado de dejar el hábito anteriormente. Las investigaciones demuestran que los fumadores que utilizan parches para dejar de fumar tienen el doble de posibilidades de tener éxito en dejar el hábito que los que no utilizan los parches.
Sin embargo, los parches no son perfectos ya que, en algunas personas con diabetes, provocan un aumento de los niveles de azúcar en la sangre. Y, además, no debe fumar mientras está usando el parche.
Si usted piensa que va a resultarle más fácil dejar de fumar junto con un grupo de personas, piense en unirse a una clase. Probablemente la empresa para la que trabaja, su plan de salud o el hospital local subvencionen este tipo de cursos. De no ser así, existen organizaciones como la Iglesia Adventista del Séptimo Día, la American Lung Association (una asociación con un enfoque a la salud pulmonar) y la American Cancer Society (Sociedad Americana del Cáncer) que organizan clases gratuitas o de bajo costo en la ciudad donde usted vive. (La American Lung Association y la American Cancer Society también cuentan con material de auto-ayuda.) Busque en la guía telefónica el número de teléfono de la filial ubicada en su zona, y mire en las Páginas Amarillas la sección “Información y Centros de Tratamiento para Fumadores”. Consulte cuál es el enfoque de la clase. Algunas clases tienen como objetivo ayudarlo a prepararse para dejar de fumar y otras se concentran en ayudarlo a mantenerse alejado del tabaco.
La hipnosis ayuda a algunas personas a dejar de fumar. Es muy útil para ayudarlo a evitar las cosas que lo incitan a fumar. Si está interesado en la hipnosis, elija un hipnotizador que posea título clínico (por ejemplo, un médico o psicólogo).
Otro de los métodos que existen es la acupuntura, que consiste en colocarle agujas finas en varias partes del cuerpo. A algunas personas, la acupuntura les saca las ganas incontenibles de fumar. Probablemente, usted deba realizar siete sesiones, o quizás menos, para comprobar si ese método le brindará buenos resultados.
Independientemente de la manera que usted elija para dejar de fumar, hay varias formas de ayudarse a uno mismo para lograrlo. Tire los cigarrillos, encendedores y ceniceros a la basura tanto en su casa como en el trabajo, para que sea más difícil caer en la tentación de fumar. Al principio, evite las situaciones en las que usted disfrutaría fumar. Prémiese con las recompensas que planificó. Cuando sienta la tentación de fumar, haga una lista de las razones por las cuales no tiene que hacerlo. Por ejemplo, su aliento y su cabello tienen un aroma más fresco, está ahorrando un montón de dinero, le está dando el ejemplo a sus seres queridos, ya no tose como lo hacía antes o las comidas tienen un sabor más rico.
Cómo prepararse para dejar de fumar
El primer paso para dejar de fumar es analizar sus propios hábitos de fumar. ¿Qué actividades o hechos lo hacen encender un cigarrillo? ¿Con qué frecuencia fuma? Una vez que tenga una idea acerca de cuándo y por qué fuma, puede empezar a buscar cosas o actividades que sirvan para reemplazar el cigarrillo. Por ejemplo, supongamos que el fumar lo ayuda a relajarse. Si es así, aprenda y practique otras formas de relajación, como por ejemplo, respirar profundo o hacer ejercicios de relajación. Si fumar le da energías, póngase de pie y estírese, o salga a caminar cuando sienta la necesidad de fumar. El ejercicio puede contribuir a que usted esté más alerta.
Quizás usted disfrute el hecho de tener un cigarrillo, encenderlo, gesticular con él y tirar las cenizas. Para mantener sus manos ocupadas sin tener un cigarrillo, pruebe con un collar de perlas, una piedra pulida o una lapicera.
Antes de dejar de fumar, también es una buena idea planificar recompensas por cumplir con su objetivo. Por ejemplo, puede ir a ver una película como recompensa por cada semana que no fume. O bien puede juntar en un frasco el dinero que no gasta en cigarrillos y utilizarlo para comprar libros, CDs, o ropa (o puede ahorrarlo para hacer un viaje).
Además, organice una brigada que le dé ánimo: familiares o amigos que le brinden su apoyo. Los ex fumadores comprenden la situación por la que usted está pasando y son especialmente adecuados para brindarle apoyo. Cuantas más personas sepan que usted está dejando de fumar, mayor será el orgullo propio que lo ayudará a resistir la tentación de encender un cigarrillo.
Por último, fije una fecha para dejar de fumar. Elija un momento en el que suponga que su vida va a ser medianamente tranquila. De esa manera, evitará que el estrés lo tiente de fumar. Y si tiene síntomas de abstinencia, no afectarán demasiado su vida.
Quizás usted disfrute el hecho de tener un cigarrillo, encenderlo, gesticular con él y tirar las cenizas. Para mantener sus manos ocupadas sin tener un cigarrillo, pruebe con un collar de perlas, una piedra pulida o una lapicera.
Antes de dejar de fumar, también es una buena idea planificar recompensas por cumplir con su objetivo. Por ejemplo, puede ir a ver una película como recompensa por cada semana que no fume. O bien puede juntar en un frasco el dinero que no gasta en cigarrillos y utilizarlo para comprar libros, CDs, o ropa (o puede ahorrarlo para hacer un viaje).
Además, organice una brigada que le dé ánimo: familiares o amigos que le brinden su apoyo. Los ex fumadores comprenden la situación por la que usted está pasando y son especialmente adecuados para brindarle apoyo. Cuantas más personas sepan que usted está dejando de fumar, mayor será el orgullo propio que lo ayudará a resistir la tentación de encender un cigarrillo.
Por último, fije una fecha para dejar de fumar. Elija un momento en el que suponga que su vida va a ser medianamente tranquila. De esa manera, evitará que el estrés lo tiente de fumar. Y si tiene síntomas de abstinencia, no afectarán demasiado su vida.
Por qué es tan difícil dejar de fumar
Las personas siguen fumando por dos razones. En primer lugar, la nicotina es altamente adictiva. A menudo, las personas que dejan de fumar sufren de síndrome de abstinencia. Entre los síntomas de la abstinencia se incluyen: irritabilidad, sudoración, dolor de cabeza, diarrea o constipación, así como también agitación, cansancio o mareos. Generalmente, los peores síntomas de la abstinencia se producen durante el segundo día después de abandonar el cigarrillo, y luego se van atenuando gradualmente con el tiempo.
En segundo lugar, muchas personas tienen una adicción psicológica al cigarrillo. Es parte de su ritual de cada día. Las ayuda a despertarse a la mañana, las reconforta cuando están alteradas, y les sirve de recompensa cuando hacen bien su trabajo. Fumar también produce efectos físicos placenteros. Relaja a las personas y les da ánimo.
Esos factores hacen que fumar sea fácil pero abandonar el cigarrillo, difícil. El placer de fumar comienza a sentirse a los pocos segundos de haber encendido el cigarrillo; los efectos nocivos para la salud pueden tardan años en hacerse notar. Además, cuando se intenta abandonar el hábito, lo primero que se experimenta es la fea sensación de la abstinencia. Recién después de un tiempo, uno comienza a disfrutar de los beneficios de haber dejado de fumar como, por ejemplo, tener más energía.
En segundo lugar, muchas personas tienen una adicción psicológica al cigarrillo. Es parte de su ritual de cada día. Las ayuda a despertarse a la mañana, las reconforta cuando están alteradas, y les sirve de recompensa cuando hacen bien su trabajo. Fumar también produce efectos físicos placenteros. Relaja a las personas y les da ánimo.
Esos factores hacen que fumar sea fácil pero abandonar el cigarrillo, difícil. El placer de fumar comienza a sentirse a los pocos segundos de haber encendido el cigarrillo; los efectos nocivos para la salud pueden tardan años en hacerse notar. Además, cuando se intenta abandonar el hábito, lo primero que se experimenta es la fea sensación de la abstinencia. Recién después de un tiempo, uno comienza a disfrutar de los beneficios de haber dejado de fumar como, por ejemplo, tener más energía.
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